Sabes, desde que te conocí en persona supe que serías alguien distinto, cuando te escuché hablar por primera vez me enamoré perdidamente de tu voz; cuando toqué tu piel quise que fuera eterna junto a mí, cuando observé tus ojos, la profunda honestidad de ellos, me hicieron reír, me hicieron volver a mí con mucha fuerza.
Oye, hace poco tiempo, apenas unos meses no sabía de tu constitución física, no me imaginaba a alguien así, no me imaginaba que fueras tan cercana a mi deseo, tan óptima, tan deliciosa. Y comencé a escribirte. Tú ya me conocías, ya sabías de cómo pienso, ya entendías mis limitaciones y defectos, ya comprendías mis particularidades, y así me aceptaste, así me atendiste, así me miraste, así me abrazaste, así te sumergiste conmigo en la idea de saber que somos mutuos.
Y continué escribiendo, deseoso de conocer más de ti, continué explorando tus respuestas a mis palabras, a mi actitud, a mi personalidad, a mis errores; me demostraste lo maravillosa y valiente que eres, que me aceptaste, que sin miedo me contuviste, que aprendiste a verme como alguien a quien podías amar, y te transformaste, y creciste, y fuiste mi inspiración.
Seguía pensando cómo hacer para verte de nuevo, la "mala" experiencia de una primera cita a ocultas de tus padres me había dejado inquieto, pues lo disfruté, disfruté de tu presencia, de tu calor, de tu aroma, de tus primeros besos, que aunque tú los iniciaste yo los anhelé, los conseguí, más de uno esa vez, pero no con profundidad, no con erotismo, sino besos simples, decentes.
La siguiente vez mi plan era no ser tan yo, no podía ser tan obvio en lo mucho que me fascinabas, tenía que ser inteligente, así que llevé freno; tú sabes cómo fue, tú sabes que terminé por sentirme mal alguna vez al ser tan expresivo, pero me detuviste como sabes hacerlo, y confiaste, una vez más no dejaste que el momento o el sentir me alejara de ti, y estoy agradecido hasta los huesos.
Y la siguiente, planeamos nuestra primera cita formal, planeamos hacer las cosas distinto, fuera de protocolos, "sin esperar nada", como decía nuestro lema. Recopilando, fueron los tres días que conformaron el fin de semana más delicioso de mi vida, te amé a partir de ahí, te amé como nunca hube amado, te amé y supe que eras lo que quería para mí.
Caray, transformaste las reglas y me ayudaste a estallar estallando conmigo, me ayudaste a sentir sintiendo conmigo, me ayudaste a ser yo siendo tú conmigo, me liberaste, me amaste como soy, me deseaste como pienso; escribiste en mi alma tu nombre, en mi saliva plasmaste tu sello, y como lo hubiste advertido unos días antes en conversaciones, lo que aprendí lo aprendí de ti, eres responsable, gracias por serlo.
Por esos días te volviste la persona que más deseaba, de quien quería saber todo en todo momento, con quien quería funcionar, con franqueza; amaba ser yo.
Amo los viajes contigo en tren ligero, la manera en la que nos miran; amo contigo estar en público, sentirme envidiado por tenerte conmigo. A nadie le importa, lo sé, pero eres mi protegida, mi amor.
Y entonces lo deduje: Quiero compartir contigo todo lo que soy si eres capaz de compartir conmigo todo lo que eres, eres lo más hermoso que me ha ocurrido; porque te amo, porque quiero.
Oye, hace poco tiempo, apenas unos meses no sabía de tu constitución física, no me imaginaba a alguien así, no me imaginaba que fueras tan cercana a mi deseo, tan óptima, tan deliciosa. Y comencé a escribirte. Tú ya me conocías, ya sabías de cómo pienso, ya entendías mis limitaciones y defectos, ya comprendías mis particularidades, y así me aceptaste, así me atendiste, así me miraste, así me abrazaste, así te sumergiste conmigo en la idea de saber que somos mutuos.
Y continué escribiendo, deseoso de conocer más de ti, continué explorando tus respuestas a mis palabras, a mi actitud, a mi personalidad, a mis errores; me demostraste lo maravillosa y valiente que eres, que me aceptaste, que sin miedo me contuviste, que aprendiste a verme como alguien a quien podías amar, y te transformaste, y creciste, y fuiste mi inspiración.
Seguía pensando cómo hacer para verte de nuevo, la "mala" experiencia de una primera cita a ocultas de tus padres me había dejado inquieto, pues lo disfruté, disfruté de tu presencia, de tu calor, de tu aroma, de tus primeros besos, que aunque tú los iniciaste yo los anhelé, los conseguí, más de uno esa vez, pero no con profundidad, no con erotismo, sino besos simples, decentes.
La siguiente vez mi plan era no ser tan yo, no podía ser tan obvio en lo mucho que me fascinabas, tenía que ser inteligente, así que llevé freno; tú sabes cómo fue, tú sabes que terminé por sentirme mal alguna vez al ser tan expresivo, pero me detuviste como sabes hacerlo, y confiaste, una vez más no dejaste que el momento o el sentir me alejara de ti, y estoy agradecido hasta los huesos.
Y la siguiente, planeamos nuestra primera cita formal, planeamos hacer las cosas distinto, fuera de protocolos, "sin esperar nada", como decía nuestro lema. Recopilando, fueron los tres días que conformaron el fin de semana más delicioso de mi vida, te amé a partir de ahí, te amé como nunca hube amado, te amé y supe que eras lo que quería para mí.
Caray, transformaste las reglas y me ayudaste a estallar estallando conmigo, me ayudaste a sentir sintiendo conmigo, me ayudaste a ser yo siendo tú conmigo, me liberaste, me amaste como soy, me deseaste como pienso; escribiste en mi alma tu nombre, en mi saliva plasmaste tu sello, y como lo hubiste advertido unos días antes en conversaciones, lo que aprendí lo aprendí de ti, eres responsable, gracias por serlo.
Por esos días te volviste la persona que más deseaba, de quien quería saber todo en todo momento, con quien quería funcionar, con franqueza; amaba ser yo.
Amo los viajes contigo en tren ligero, la manera en la que nos miran; amo contigo estar en público, sentirme envidiado por tenerte conmigo. A nadie le importa, lo sé, pero eres mi protegida, mi amor.
Y entonces lo deduje: Quiero compartir contigo todo lo que soy si eres capaz de compartir conmigo todo lo que eres, eres lo más hermoso que me ha ocurrido; porque te amo, porque quiero.
Esperar
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RokCK (RokCK)
Sabes, desde que te conocí en persona supe que serías alguien distinto, cuando te escuché hablar por primera vez me enamoré perdidamente de ...