Scheerea VII
¿Cómo empiezas una historia que no tienes idea de cómo terminará?
El romanticismo está escrito con sangre de suicidas que en el paso de los días notaron que su inseguridad se convertiría en la desilusión de sus vidas y lo plasmaron lenta y profundamente en las rebanadas de papel que surgían ante el inminente caminar de sus plumas.
Yo no sé el claudicar de mis días hacia dónde me moverá, el cautivador perfume de su presencia lograba hacer; después de leer la primera línea en la que expresaba cómo lo extrañaba supe seriamente que no podía seguir ahí; admirándola, deseándola, queriéndola ver mía. Pero es un punto que no puedo superar, y sabe Dios si lo logre de aquí a que finalicen mis días.
"No voy a mentir, te extraño, te extraño como a nadie..." Rezaba el texto; habría querido que en la profundidad de sus letras se encontrara un poco destinado a mí, no era así; no podía serlo, yo tenía que enfrentar las consecuencias de no ser lo que ella quiere y nunca poder llegar a tal posición en su corazón, era mi cruz y había que habituarme a ella.
Su afán en las susceptibilidades ajenas la hizo recapacitar y eliminar lo escrito, ambos sabíamos que esa instancia el principal en adquirirla era yo, ya me conocía; lo hacía muy bien, evitaba el siquiera bordear el andar que a ambos nos colocara en el mismo rumbo. Y lo reconozco, ella y su idea eran claras de lo que está sucediendo conmigo, de a qué nivel mi alma y espíritu la anhelaban.
Escribir a partir de mentiras. No sé, todos lo hacen así; aquellos que escriben entregan la esencia a lo que plasman y nada hay más allá de eso; pareciera que crean conceptos históricos de sucesos que no tienen influencia mayor a un montón de líneas de deseo.
A veces quisiera llorarle pero las letras no dicen ni un mínimo segmento de lo que siento por ella, no es afición a su ser, o simple deseo carnal; es el gozo de mi corazón al saber que existo en su vida, o al creerlo al menos. Porque cuanto más siento acercarme en cuanto a actos, más lejos me veo en mi realidad.
No es solo la belleza, no lo es; no es únicamente lo que piensen los que te ven, tampoco. No es mi deseo el verla aquí, ni generar una gloria en mi persona gracias a ella. Es que la quiero, y ya. Así de complicado ha sido el amor conmigo. Es brillante; algunos piensan que lo soy también; y si en la mente de uno el amor es complejo, cuánto más lo será cuando se conjugan dos.
Las historias de amor son una patraña, la única realidad es que más personas que las que te quieren te desprecian y muchas más que las que dicen amarte te odian. Si mi historia la refiriera a quienes se sienten mal conmigo las palabras fluirían solas, pero no es así; quiero hablar de amor, porque es lo que no recibo, quiero hablar de amor, porque estoy convencido de que nuestra realidad no es como los medios presumen: No siempre triunfa.
"No busques nada donde no hay", retumbaba mi mente. Mi vida duele, siendo honesto.
— Scheerea. Me está matando.—Le dije con ojos llorosos.
—Angie te está matando. —Respondió la pelirroja besando mi frente.
A veces al abrir los ojos dudo entre estar en la realidad o en la profundidad de un sueño del que quiero despertar. Scheerea no es, pero al menos puedo sentirla. La paciencia no es eterna.
El romanticismo está escrito con sangre de suicidas que en el paso de los días notaron que su inseguridad se convertiría en la desilusión de sus vidas y lo plasmaron lenta y profundamente en las rebanadas de papel que surgían ante el inminente caminar de sus plumas.
Yo no sé el claudicar de mis días hacia dónde me moverá, el cautivador perfume de su presencia lograba hacer; después de leer la primera línea en la que expresaba cómo lo extrañaba supe seriamente que no podía seguir ahí; admirándola, deseándola, queriéndola ver mía. Pero es un punto que no puedo superar, y sabe Dios si lo logre de aquí a que finalicen mis días.
"No voy a mentir, te extraño, te extraño como a nadie..." Rezaba el texto; habría querido que en la profundidad de sus letras se encontrara un poco destinado a mí, no era así; no podía serlo, yo tenía que enfrentar las consecuencias de no ser lo que ella quiere y nunca poder llegar a tal posición en su corazón, era mi cruz y había que habituarme a ella.
Su afán en las susceptibilidades ajenas la hizo recapacitar y eliminar lo escrito, ambos sabíamos que esa instancia el principal en adquirirla era yo, ya me conocía; lo hacía muy bien, evitaba el siquiera bordear el andar que a ambos nos colocara en el mismo rumbo. Y lo reconozco, ella y su idea eran claras de lo que está sucediendo conmigo, de a qué nivel mi alma y espíritu la anhelaban.
Escribir a partir de mentiras. No sé, todos lo hacen así; aquellos que escriben entregan la esencia a lo que plasman y nada hay más allá de eso; pareciera que crean conceptos históricos de sucesos que no tienen influencia mayor a un montón de líneas de deseo.
A veces quisiera llorarle pero las letras no dicen ni un mínimo segmento de lo que siento por ella, no es afición a su ser, o simple deseo carnal; es el gozo de mi corazón al saber que existo en su vida, o al creerlo al menos. Porque cuanto más siento acercarme en cuanto a actos, más lejos me veo en mi realidad.
No es solo la belleza, no lo es; no es únicamente lo que piensen los que te ven, tampoco. No es mi deseo el verla aquí, ni generar una gloria en mi persona gracias a ella. Es que la quiero, y ya. Así de complicado ha sido el amor conmigo. Es brillante; algunos piensan que lo soy también; y si en la mente de uno el amor es complejo, cuánto más lo será cuando se conjugan dos.
Las historias de amor son una patraña, la única realidad es que más personas que las que te quieren te desprecian y muchas más que las que dicen amarte te odian. Si mi historia la refiriera a quienes se sienten mal conmigo las palabras fluirían solas, pero no es así; quiero hablar de amor, porque es lo que no recibo, quiero hablar de amor, porque estoy convencido de que nuestra realidad no es como los medios presumen: No siempre triunfa.
"No busques nada donde no hay", retumbaba mi mente. Mi vida duele, siendo honesto.
— Scheerea. Me está matando.—Le dije con ojos llorosos.
—Angie te está matando. —Respondió la pelirroja besando mi frente.
A veces al abrir los ojos dudo entre estar en la realidad o en la profundidad de un sueño del que quiero despertar. Scheerea no es, pero al menos puedo sentirla. La paciencia no es eterna.
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