Puede
No se puede cambiar al mundo si vemos al mundo concreta y objetivamente, pero se puede hacer lo propio para evitar vernos como parte del mucho mal que en él existe. Hay que cambiar para bien, hay que ser gentiles, humanos, útiles, felices. Hay que dar amor a los demás sin titubeos, todos necesitamos de las manos ajenas para nuestros cometidos, y ellos necesitarán muchos de nosotros para los suyos, aprendamos a ser recíprocos en las relaciones.
Pasa generalmente en las organizaciones, clubes, reuniones y juntas que no falta la persona que hable mal de otros o de otro específico. Ya no nos impresionamos ante ello; a veces incluso somos nosotros partícipes o incluso los que iniciamos el "tema conversacional" de afección al tercero.
Interiorizar está más allá de creerte mejor que los demás, o de creerte mejor de lo que en realidad eres; es apreciar la belleza de las cosas, sentir el pesar ajeno y no ser indiferente ante los sucesos al rededor. Es expresar a bien y hacerlo, es avanzar en la evolución del concepto de lo que se tiene por hombre, donde el hombre puede alimentar su propio espíritu a través de prácticas humanitarias de benevolencia.
¿A qué voy? Entiéndase que la idea de hacer el bien no se centra solo en los demás, sino en uno mismo; que es posible mejorar las fuentes de nuestro conocimiento, nuestra sabiduría, nuestra belleza, nuestra cultura, nuestra personalidad y nuestra virtud. ¿Qué clase de fuentes son esas? Existen centenares de documentos de ciencia y técnica, de historia, de política, de religión que son buenas fuentes de alimentación interna (no de superación personal, la superación personal es más negocio que formación o ayuda).
La retroalimentación es importante, hay que escuchar críticas y considerarlas para crecer espiritual, física y moralmente; la fijación de objetivos también es necesaria y al igual que si nosotros mismos intituyeramos una entidad empresarial, una visión y una misión de vida siempre dan claridad a lo que estamos haciendo.
Desde siempre he querido que no se me tome como ejemplo, pero no es así; por eso mismo recomiendo a quien sea que lea esto el cuidado personal, ser alguien digno de verse, de tenerse en consideración y de relacionarse; eso para conducir a otros en la influencia de un mejor modo de vida, de agradecimientos y satisfacciones antes de quejas y perjuicios.
Hace algunos años usé la frase que convertiría en mi bandera personal: "El pasado está plasmado, el presente lo controlas y el futuro está en tus manos". En el pasado mismo yo he cometido ciertos actos, no criminales pero tampoco dignos de buen nombre, y esos actos me han acompañado a los ojos de ciertas personas. El "criar fama" en ese sentido me ha traído consecuencias negativas, no me quejo de eso; muy por el contrario espero que esa gente me vea con mayor intensidad hoy en día, ya que a partir de un tiempo para acá he procurado enterrar a ese antiguo ser que solía ser yo y renacer como alguien como quién quiero ser. El punto es ese, debemos de actuar como queremos ser vistos, porque siempre seremos vistos. Porque si queremos cambiar al mundo, debemos hacerlo nosotros en primer lugar; y el mundo, en pequeña medida será mejor.
Pasa generalmente en las organizaciones, clubes, reuniones y juntas que no falta la persona que hable mal de otros o de otro específico. Ya no nos impresionamos ante ello; a veces incluso somos nosotros partícipes o incluso los que iniciamos el "tema conversacional" de afección al tercero.
Interiorizar está más allá de creerte mejor que los demás, o de creerte mejor de lo que en realidad eres; es apreciar la belleza de las cosas, sentir el pesar ajeno y no ser indiferente ante los sucesos al rededor. Es expresar a bien y hacerlo, es avanzar en la evolución del concepto de lo que se tiene por hombre, donde el hombre puede alimentar su propio espíritu a través de prácticas humanitarias de benevolencia.
¿A qué voy? Entiéndase que la idea de hacer el bien no se centra solo en los demás, sino en uno mismo; que es posible mejorar las fuentes de nuestro conocimiento, nuestra sabiduría, nuestra belleza, nuestra cultura, nuestra personalidad y nuestra virtud. ¿Qué clase de fuentes son esas? Existen centenares de documentos de ciencia y técnica, de historia, de política, de religión que son buenas fuentes de alimentación interna (no de superación personal, la superación personal es más negocio que formación o ayuda).
La retroalimentación es importante, hay que escuchar críticas y considerarlas para crecer espiritual, física y moralmente; la fijación de objetivos también es necesaria y al igual que si nosotros mismos intituyeramos una entidad empresarial, una visión y una misión de vida siempre dan claridad a lo que estamos haciendo.
Desde siempre he querido que no se me tome como ejemplo, pero no es así; por eso mismo recomiendo a quien sea que lea esto el cuidado personal, ser alguien digno de verse, de tenerse en consideración y de relacionarse; eso para conducir a otros en la influencia de un mejor modo de vida, de agradecimientos y satisfacciones antes de quejas y perjuicios.
Hace algunos años usé la frase que convertiría en mi bandera personal: "El pasado está plasmado, el presente lo controlas y el futuro está en tus manos". En el pasado mismo yo he cometido ciertos actos, no criminales pero tampoco dignos de buen nombre, y esos actos me han acompañado a los ojos de ciertas personas. El "criar fama" en ese sentido me ha traído consecuencias negativas, no me quejo de eso; muy por el contrario espero que esa gente me vea con mayor intensidad hoy en día, ya que a partir de un tiempo para acá he procurado enterrar a ese antiguo ser que solía ser yo y renacer como alguien como quién quiero ser. El punto es ese, debemos de actuar como queremos ser vistos, porque siempre seremos vistos. Porque si queremos cambiar al mundo, debemos hacerlo nosotros en primer lugar; y el mundo, en pequeña medida será mejor.
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