Cabeza
Dolor de cabeza. De esos que te hacen llorar, que te asustan y no te dejan trabajar. Uno de esos me está atacando hoy, y es que, es difícil no desvelarse cuando durante dos semanas consecutivas lo haz hecho y además un día anterior hubo cambio de horario. Este año no pienso volver a quejarme de dicho juego mental de control masivo, sí sí, por paranoico que se lea tiene ciertas implicaciones que no pienso por ahora abordar.
Quizá no lo he dicho antes pero también es cierto que durante el transcurso de ese par de semanas mi tiempo ha estado de sobra en frente del ordenador; he leído de más, escrito algunas cosas, continuado proyectos. Hoy me he dado cuenta ya que la proyección es lo que hace triunfal a un producto o trabajo, es decir, si yo planeo lo que haré el resto de la semana y en qué horarios no tengo el mínimo por qué para no conseguirlo y a decir verdad hasta me terminan terminando tiempos para hacer otras cosas.
Pero las personas aquí en México no somos así, no nos gusta planear ni prever, nos aventamos al ruedo nada más con nuestra bendita voluntad y salimos, obviando, mal heridos y medio muertos. Ese contexto es algo que debe llevarse a cabo en cuantía de instancias, lo que significa que, tanto para trabajos o proyectos personales como para la vida misma hay que procurar ser ordenados y precavidos. Bien es cierto que no todo se puede prevenir y que existen circunstancias o sucesos que siempre estarán por encima de nuestra voluntad, como el divino dolor de cabeza que me acompaña ahora.
He de mencionar que algo tan simple como un dolor de cabeza consecuencia de una trasnochada y una imposibilidad de conciliar el sueño en tiempo no son fuerza suficiente para hacerme dejar de lado mis responsabilidades. Pero analizando, la gente procura sentirse bien consigo mismos y a pesar de ello vivir quejándose durante los periodos laborales; culpa que yo le hecho a la pereza, las malas costumbres y la falta de educación durante nuestro aprendizaje.
¿Cómo cambiar eso? Agendando, previniendo, invirtiendo, analizando, contemplando futuros sucesos previo a su existencia, con base en la observación de nuestro pasado podemos darnos cuenta que muchas de nuestras obligaciones y responsabilidades las hacemos siguiendo una rutina e incluso calendarios, que mejor que desde tiempo antes llevemos a cabo el método científico para procurar que nuestra vida se fundamente en leyes que a la vez nos hagan mejores personas.
Quizá no lo he dicho antes pero también es cierto que durante el transcurso de ese par de semanas mi tiempo ha estado de sobra en frente del ordenador; he leído de más, escrito algunas cosas, continuado proyectos. Hoy me he dado cuenta ya que la proyección es lo que hace triunfal a un producto o trabajo, es decir, si yo planeo lo que haré el resto de la semana y en qué horarios no tengo el mínimo por qué para no conseguirlo y a decir verdad hasta me terminan terminando tiempos para hacer otras cosas.
Pero las personas aquí en México no somos así, no nos gusta planear ni prever, nos aventamos al ruedo nada más con nuestra bendita voluntad y salimos, obviando, mal heridos y medio muertos. Ese contexto es algo que debe llevarse a cabo en cuantía de instancias, lo que significa que, tanto para trabajos o proyectos personales como para la vida misma hay que procurar ser ordenados y precavidos. Bien es cierto que no todo se puede prevenir y que existen circunstancias o sucesos que siempre estarán por encima de nuestra voluntad, como el divino dolor de cabeza que me acompaña ahora.
He de mencionar que algo tan simple como un dolor de cabeza consecuencia de una trasnochada y una imposibilidad de conciliar el sueño en tiempo no son fuerza suficiente para hacerme dejar de lado mis responsabilidades. Pero analizando, la gente procura sentirse bien consigo mismos y a pesar de ello vivir quejándose durante los periodos laborales; culpa que yo le hecho a la pereza, las malas costumbres y la falta de educación durante nuestro aprendizaje.
¿Cómo cambiar eso? Agendando, previniendo, invirtiendo, analizando, contemplando futuros sucesos previo a su existencia, con base en la observación de nuestro pasado podemos darnos cuenta que muchas de nuestras obligaciones y responsabilidades las hacemos siguiendo una rutina e incluso calendarios, que mejor que desde tiempo antes llevemos a cabo el método científico para procurar que nuestra vida se fundamente en leyes que a la vez nos hagan mejores personas.
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