Scheerea IV
Quieran o no, es más simple comprenderlo de lo que aparenta. Hacemos creer la vida como si fuera una cosa especial, en nuestras mentes solemos vernos cual pedazos de pulcritud reflejando al mundo un yo que no somos. La vida es la misma mierda, la capacidad de ver, el hombre a la mujer, enamorarse de ella y saber que en su corazón mutuos siempre estarán. Ahí, por siempre, tal cual Sheerea conmigo, y yo a veces con ella. Cuestión cultural o de egocentrismo, sigo sin poderlo interpretar tal cual.
Hay personas que son libros abiertos, y leer sus pensamientos es casi tan simple como prestarles un poco de atención; es fácil verse sometido cuando uno es de esos, porque siemplemente hay que "darnos por nuestro lado" para poseernos. No sé si pueda llamarlos víctimas por ello, pero sí que creo que les hace falta crecer y creer más en sí mismos. Las luchas contra el interiorismo del exterior no terminarán jamás, somos en concreto reactivos testeando al mundo. Muchos ocasionando graves daños. Ella, Sheerea lo sabe bien, me afecta y no, no puedo definirlo como debe de ser, pues entiendo que en su apabullante sabiduría me hace comprender que las cosas, cual números como me las enseñan en clase no lo son nunca; hace falta ser un soquete para dejarse envolver y llevar, somos guerreros, luchadores, conquistadores, corredores en la carrera por el destino, algunos con muy buen entrenamiento y otros, como yo, que solo deseamos aprender de lo que hacemos.
Nada más fascinante que despertar con un par de ojos azules y preciosos enmarcados en un rostro incitante a pecar frente a mí y por mí todos los días. Un par de gruesas piernas envolviendo las mías, prominentes pechos como almohadas pegadas a mi cuerpo. Y luego dicen que sufro.
Todos somos criminales de la vida en cierto sentido, nos ocupamos meramente del hecho de sabernos bien y olvidamos por completo lo que otro hará de nosotros o con nosotros; si somos objetos o nos hacen inconscientemente es porque en nuestro hedonismo anhelamos que nuestro propio sentido de satisfacción sea complacido. No hay derechos ajenos en nuestras utópicas maneras de pensar para los demás, Sheerea es mía, solo mía, imposible hacer algo por compartir a alguien tan dulce y magistral. Además, toda esa sabiduría que vierte sobre mí cual fuente de vida no me gustaría verla desperdiciada en otros más, por no quiero, porque soy hedonista y egoísta como muchos; porque me hace falta sentirme pleno.
Hace mucho que no salgo con nadie por culpa de ella, no hace falta imaginar que tenemos una relación donde no a hay, porque aunque la imaginación sea muy fuerte; jamás podrá superar el poder del ser, del existencialismo mismo.
Hay personas que son libros abiertos, y leer sus pensamientos es casi tan simple como prestarles un poco de atención; es fácil verse sometido cuando uno es de esos, porque siemplemente hay que "darnos por nuestro lado" para poseernos. No sé si pueda llamarlos víctimas por ello, pero sí que creo que les hace falta crecer y creer más en sí mismos. Las luchas contra el interiorismo del exterior no terminarán jamás, somos en concreto reactivos testeando al mundo. Muchos ocasionando graves daños. Ella, Sheerea lo sabe bien, me afecta y no, no puedo definirlo como debe de ser, pues entiendo que en su apabullante sabiduría me hace comprender que las cosas, cual números como me las enseñan en clase no lo son nunca; hace falta ser un soquete para dejarse envolver y llevar, somos guerreros, luchadores, conquistadores, corredores en la carrera por el destino, algunos con muy buen entrenamiento y otros, como yo, que solo deseamos aprender de lo que hacemos.
Nada más fascinante que despertar con un par de ojos azules y preciosos enmarcados en un rostro incitante a pecar frente a mí y por mí todos los días. Un par de gruesas piernas envolviendo las mías, prominentes pechos como almohadas pegadas a mi cuerpo. Y luego dicen que sufro.
Todos somos criminales de la vida en cierto sentido, nos ocupamos meramente del hecho de sabernos bien y olvidamos por completo lo que otro hará de nosotros o con nosotros; si somos objetos o nos hacen inconscientemente es porque en nuestro hedonismo anhelamos que nuestro propio sentido de satisfacción sea complacido. No hay derechos ajenos en nuestras utópicas maneras de pensar para los demás, Sheerea es mía, solo mía, imposible hacer algo por compartir a alguien tan dulce y magistral. Además, toda esa sabiduría que vierte sobre mí cual fuente de vida no me gustaría verla desperdiciada en otros más, por no quiero, porque soy hedonista y egoísta como muchos; porque me hace falta sentirme pleno.
Hace mucho que no salgo con nadie por culpa de ella, no hace falta imaginar que tenemos una relación donde no a hay, porque aunque la imaginación sea muy fuerte; jamás podrá superar el poder del ser, del existencialismo mismo.
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