Religión
Un tema del que algunas veces y a pesar de todos lo complejos que expone, me gusta hablar. Es triste y al mismo tiempo de risa el poder observar las personas por todos lados difamando su fe y ridiculizándola hasta el límite.
No es que piense que la religión es para tontos, muy por el contrario, me parece estupendo que la gente espiritualice y encuentre un sitio donde su alma se sienta plena y fortalecida; sin embargo, he de mencionar algo que he dicho hasta el cansancio, los centros ceremoniales religiosos pierden su objetivo cuando terminan por convertirse en lugares de mutua recreación para ciertos estratos sociales. Esto es, cuando elitizan el lugar.
Soy y siempre he sido un fiel seguidor del amor, la paz y la bondad mutuos; cosa que también, contrario a lo se suele predicar en esos sitios sucede en realidad: Cuando los católicos ofenden a los evangélicos, cuando los testigos desprestigian a los católicos y cuando los evangélicos se burlan de los testigos; solo por mencionar ejemplos.
Vivimos en un planeta de múltiples características, donde tendríamos que aprender a lidiar mutuamente unos con otros si quisiéramos evolucionar en nuestro interior. Es lamentable identificar que las grandes guerras inician por la falta de esa cohabitación que tanto necesitamos.
El aceptar que no somos iguales también implica que muchos no podrán aceptarlo y es ahí en donde se funge la paradoja de lo que ahora quería exponer. ¿Cómo lograr la aceptación mutua y la diversidad si siempre habrá gente que crea que eso no existe siquiera?
Yo por lo pronto predico el amor. Amarse uno mismo, amar a los demás, amar la creación y amar al creador.
No es que piense que la religión es para tontos, muy por el contrario, me parece estupendo que la gente espiritualice y encuentre un sitio donde su alma se sienta plena y fortalecida; sin embargo, he de mencionar algo que he dicho hasta el cansancio, los centros ceremoniales religiosos pierden su objetivo cuando terminan por convertirse en lugares de mutua recreación para ciertos estratos sociales. Esto es, cuando elitizan el lugar.
Soy y siempre he sido un fiel seguidor del amor, la paz y la bondad mutuos; cosa que también, contrario a lo se suele predicar en esos sitios sucede en realidad: Cuando los católicos ofenden a los evangélicos, cuando los testigos desprestigian a los católicos y cuando los evangélicos se burlan de los testigos; solo por mencionar ejemplos.
Vivimos en un planeta de múltiples características, donde tendríamos que aprender a lidiar mutuamente unos con otros si quisiéramos evolucionar en nuestro interior. Es lamentable identificar que las grandes guerras inician por la falta de esa cohabitación que tanto necesitamos.
El aceptar que no somos iguales también implica que muchos no podrán aceptarlo y es ahí en donde se funge la paradoja de lo que ahora quería exponer. ¿Cómo lograr la aceptación mutua y la diversidad si siempre habrá gente que crea que eso no existe siquiera?
Yo por lo pronto predico el amor. Amarse uno mismo, amar a los demás, amar la creación y amar al creador.
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