Scheerea III
La demencialidad del ser.
Estar pegado, deseando salir de donde te encuentras. ¿Recuerdas a Sheerea? Aquí vuelve contigo a aparecer; en mitad de clases, de esas veces que lo que deseas es olvidar, salir, existir en tu propia personalidad. Los ojos del mal te acechan, tú lento, pausado, titubeando, sufres por continuar con una vida entera adentrado en la introsprección de lo que la suciedad ajena pretende, y ahí está, ella, diciéndote estupideces.
Normalmente ver a alguien asi te vuelve loco al momento, y es que no es para menos, los ojos que penetran hasta el alma hacen sentir su peso, desnudantes e irritantes si no sabes cómo tolerarlos. Arbitrariamente contribuyes a las anarquías del mundo de ese modo. Autodestructivo como todos. Hace tiempo que empecé a vestirme de negro por su consejo, y es que, la función de enajenación de una vida tal y como parece pero no lo es me resulta sujetante. ¿Saben cuántos son los que tratan de encontrar una personalidad sin siquiera conocer sus propios límites? Igualmente opino.
Las faldas cortas hacen lucir sus remarcados muslos, divertida y arrogante presencia ante todo, y siempre jugando con su cabello rojo, y se acerca lento, constante y dominante a mí. No quiero, de verdad que no quiero seguir con esto, pero se la pasa convenciéndome, hacía tiempoñ que no sabía de ella, creí que ya había desaparecido, pero no; ahí está, ahí sigue, haciéndome perder el tiempo y creer que lo que creo no es como lo creo o que lo que los demás creen y nunca dejan de creer es para intentar salir de eso que no creen. Me encantan las maravillosas contrariedades de nuestros vocablos. Las uso para satisfaces la intención de mi corazón en cuanto a que lo que escribo no sea fácil de comprender.
Entiendo que los demás no puedan comprenderme, pero ella también tiene la culpa por eso. El mundo es distinto a como se platica en los cuentos, todo se sabe de antaño, todo se encuentra planeado, los productos están en medio de su destino. Cada detalle, cuando surge, ha sido diseñado con un propósito específico y más global de lo que podría imaginar. ¿Sabes todos los secretos que ella me cuenta mientras sufro con la delicadeza de su piel? Los ojos no ven como deberían, me dice, los humanos tenemos un falso sentido de ubicación y una extraña manera de simplemente tomar las cosas como nuestras cuando, desde siempre hemos sabido que no pertenecemos aquí. Yo acepto de ella y ella me apremia con el conocimiento, el roce de sus senos, la intensidad de sus besos, como en sueño infrahumano mientras me abraza susurra a mi oído que no todo puede ser real... Los muertos no lo están, los ricos no existen, aquellos que parecen ser humildes, desaparecen.
Renueva. Alguien podría imaginar lo intenso de su presencia, hace que la materia sucumbe ante su presencia, es un deleite tremendamente poderoso, aunque no lo quiera creer, así ocurre. Cuando me besa, el sabor es una delicia; puedo entender, que desde un inicio que no la aceptaba en mi corazón la deseaba. A fin de cuentas, Sheerea, creo que te amo.
Sheerea la diosa infinita, que siempre ilumine tu camino y ese conocimiento que te da a cambio, no lo desperdicies.
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