Interior
El interior de sus ojos se interpretó con mi silencio, claramente no fui bueno, claramente no con ella. Sonrió débilmente, como esperando a que reaccionara igual; no lo hice, ni un poco. Ser Iaven tiene sus consecuencias, y el frío interno es una de ellas, la sobra de apreciación y la falta de consciente de atención hacen un poco de mella en ti. Pero ahí estaba, frente a esa mujer, alguna vez le dije que no moriría sin antes besar esos deliciosos labios; eso dije, no prometo que vaya a suceder. Los historiadores se concentran en escribir sucesos dándose a sí mismos cualidades imaginarias y potencias increíbles, solo para intentar demostrar que no están tan amargados, aburridos y solos como en la vida real.
La bellas sobran, las inteligentes también, las amables indudablemente; el problema eres tú, siempre tú, el problema yo, yo y yo. Y luego terminas incluyéndote a ti mismo al texto, humillándote, describiendo los peores aspectos de tu realidad; cuando lo que clamas es un poco de amistad, de complacencia. Dime si es que miento que lo que buscas es atención, como sea, se llama ego; ves a los otros y quisieras ser como ellos: quien se mantiene saludable gracias a la buena alimentación y el gimnasio, quien destaca por sus capacidades lógicas cuando de desarrollar un sistema se trata, quien tiene un mejor y mayormente remunerado empleo que tú, quien tiene quien le ame, a pesar de que digas que no, te afecta, te duele esperar a que otros decidan por ti. Sigues creyendo que un día llegará la hora, que eres un especialmente elegido ser enviado aquí para convencer de tu neutralidad y libre pensamiento a otros, avívate, eso no existe, ni existirá hasta que muevas un dedo, y para mover uno, requieres toda tu alma. Sé un hombre de guerra, los soldados acatan las órdenes; haz lo mismo contigo, guíate a cambiar para bien o para mal, todos necesitan tener visiones, todos se urgen en tener por qué trabajar, por qué moverse.
Todo ese debraye cruzaba por mi mente mientras la chica veía hacia el suelo, seguramente no me quiere, debía de estar pensando. Desperté a mi realidad, tomé su mano, suavemente, me aproximé a su oído y le dije: Te quiero.
¿Recuerdan la sonrisa nerviosa? Fue más evidente a partir de ahora. Un Iaven no debe decir nunca lo que quiere, verán por qué...
"Gracias." Fue su respuesta, sin besos, ni abrazos, ni nada, un vacío "gracias" que no llegó a mi corazón, no soy amargado, pero estoy seguro de que debí limitarme al papel, ahora tengo esa sensación de estorbar aquí, ¿y si no fui sensible? ¿y si no le gusto? Pude haber hecho más; cerré mis ojos y suspiré, ¿podía haber sido peor? Sé que sí. Las historias escritas por obsesos tienen consecuencias y la mía es no saber hacia donde seguir. Lo mejor es no excederse, hacer por el placer de hacer; ser, por el honor de ser... Con eso en la mente me retiré, no deprimido, sí pensativo.
habrá otra oportunidad, me convencía, mientras pateando una roca y bajo las gotas de la lluvia veraniega, me dirigía a mi hogar.
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