Es decepcionante darme cuenta de lo mucho que ignoro de las reglas de la vida, es tristísimo sentir cómo cada vez me hundo más en terrenos de lo patético y aburrido. Entonces, a partir de un punto específico, uno tiene que despertar del letargo y renacer con propósito.
Es verdad que me hirió que me dijeran lo que me dijeron, que me juzgaran en la forma en la que lo hicieron y llevo prácticamente un día pensando en ello. Porque lo cierto es, me había dado cuenta desde mucho antes, no quería aceptarlo, no quería reconocerlo, pero con gente así, con ese ego tan inconmensurable, cualquier rastro de humanidad, es debilidad que desean arrancar.
Y pensaba hace rato, que la vida da vueltas, y quienes te hieren hoy, tal vez no directamente, pero de una forma kármica, reciben lo que les toca por parte de la naturaleza misma. Porque así es esto... Por esa misma razón trato de ser amable con todos, de ser generoso y mostrar gentileza, uno nunca sabe en qué momento necesitará de un pecho cálido que le abrace y le diga que no se preocupe.
En ocasiones eres capaz de entregarte por completo a una causa perdida, solo porque tienes esperanzas puestas en palabras. Pero se te olvida que muchas de esas palabras son vacías, no llevan a nada, porque no contienen nada. Y no es culpa de la gente, porque no se trata de culpar a nadie, son simplemente las circunstancias. Necesitas alejarte, aislarte, entender la situación y volver a comenzar. Trabajar en lo que te toca, que es lo que está viéndote al espejo.
Lo peor es que me ganó lo prohibido, aquello que me dijeron "no le prestes atención" se terminó robando mi corazón; y no puedo hacer mucho más que soportarlo, de manera estoica, reconocer que desarrollé vínculos por quien estaba presente, porque eso fue lo que pasó. Mientras de un lado limosneaba migajas por simple deseo de pertenencia, del otro un Universo hermosísimo se formaba frente a mí, aunque claro, cabal a mi palabra, tenía que mantener distancia. Y eso hice, y eso haré al menos hasta sentirme pleno y recuperado de la herida recibida.
Voy a trabajar por ser una mejor persona. Toca hacerlo como es debido, dejando atrás pensamientos intrusivos y concentrándose en lo que se debe hacer. Los buenos corazones no son estimados en tiempos modernos, la gente no cree mucho en el interior. Argumentos tangibles y medibles, cosas que se puedan contar y reconocer; en estado de claridad y calma mental, es lo que quiero, paz y firmeza en convicciones.
He dejado de ser un libro y me estoy convirtiendo en una entidad, una propiedad intelectual distribuida en diversos fascículos, algo macro y microcósmico al mismo tiempo; quiero gozarme en la llenura de mí mismo, vivir en consciencia y agradecimiento permanente, con los ojos puestos en lo alto, la boca y manos bajo control, en santidad y sanidad, colmado de gracia divina.
Es decepcionante darme cuenta de lo mucho que ignoro de las reglas de la vida, es tristísimo sentir cómo cada vez me hundo más en terrenos de lo patético y aburrido. Entonces, a partir de un punto específico, uno tiene que despertar del letargo y renacer con propósito.
Es verdad que me hirió que me dijeran lo que me dijeron, que me juzgaran en la forma en la que lo hicieron y llevo prácticamente un día pensando en ello. Porque lo cierto es, me había dado cuenta desde mucho antes, no quería aceptarlo, no quería reconocerlo, pero con gente así, con ese ego tan inconmensurable, cualquier rastro de humanidad, es debilidad que desean arrancar.
Y pensaba hace rato, que la vida da vueltas, y quienes te hieren hoy, tal vez no directamente, pero de una forma kármica, reciben lo que les toca por parte de la naturaleza misma. Porque así es esto... Por esa misma razón trato de ser amable con todos, de ser generoso y mostrar gentileza, uno nunca sabe en qué momento necesitará de un pecho cálido que le abrace y le diga que no se preocupe.
En ocasiones eres capaz de entregarte por completo a una causa perdida, solo porque tienes esperanzas puestas en palabras. Pero se te olvida que muchas de esas palabras son vacías, no llevan a nada, porque no contienen nada. Y no es culpa de la gente, porque no se trata de culpar a nadie, son simplemente las circunstancias. Necesitas alejarte, aislarte, entender la situación y volver a comenzar. Trabajar en lo que te toca, que es lo que está viéndote al espejo.
Lo peor es que me ganó lo prohibido, aquello que me dijeron "no le prestes atención" se terminó robando mi corazón; y no puedo hacer mucho más que soportarlo, de manera estoica, reconocer que desarrollé vínculos por quien estaba presente, porque eso fue lo que pasó. Mientras de un lado limosneaba migajas por simple deseo de pertenencia, del otro un Universo hermosísimo se formaba frente a mí, aunque claro, cabal a mi palabra, tenía que mantener distancia. Y eso hice, y eso haré al menos hasta sentirme pleno y recuperado de la herida recibida.
Voy a trabajar por ser una mejor persona. Toca hacerlo como es debido, dejando atrás pensamientos intrusivos y concentrándose en lo que se debe hacer. Los buenos corazones no son estimados en tiempos modernos, la gente no cree mucho en el interior. Argumentos tangibles y medibles, cosas que se puedan contar y reconocer; en estado de claridad y calma mental, es lo que quiero, paz y firmeza en convicciones.
He dejado de ser un libro y me estoy convirtiendo en una entidad, una propiedad intelectual distribuida en diversos fascículos, algo macro y microcósmico al mismo tiempo; quiero gozarme en la llenura de mí mismo, vivir en consciencia y agradecimiento permanente, con los ojos puestos en lo alto, la boca y manos bajo control, en santidad y sanidad, colmado de gracia divina.